DIETAS SIN GLUTEN
Comer dicen que es un placer, y en cierto sentido claro que lo es. El sentido del gusto nos hace disfrutar diferentes emociones. Señales químicas llegan a nuestro cerebro para darnos placer, o todo lo contrario. Así que hacer dietas restrictivas o tener que quitar algunos alimentos a veces puede ser un problema. Pero cuando es el cuerpo el que nos pide que lo dejemos, es otra historia.
Hoy día existen muchos tipos de intolerancias, problemas y enfermedades relacionados con la alimentación. Durante mucho tiempo hemos cambiado nuestros hábitos alimenticios, nuestro estilo de vida y los productos que consumimos, así como la forma de hacerlo. Nuestra vida es más rápida y no miramos mucho lo que comemos. Entre semana comemos rápido cualquier cosa sin pensar lo que es. Y el fin de semana queremos dar gusto a nuestro paladar y nuestro sentidos. Esto ha producido que demos más prioridad al disfrutar que al nutrirnos.
Los alimentos que tomamos deben tener nutrientes para que nuestro cuerpo pueda trabajar y funcionar con regularidad. Mantener la salud mediante la comida se está volviendo una prioridad para muchos. Y eso es algo bueno. Pero hay que tener cuidado con las modas y las dietas que prometen cosas.
En el caso del gluten, desde hace unos años, ha surgido una especie de «demonio» de la comida. Un movimiento muy agresivo en contra de los alimentos que contienen gluten. Y aquí tenemos que hacer una parada. Primero de todo, tenemos que saber que el gluten no es ningún veneno ni ningúna toxina ni algo malo o artificial. El gluten es una proteína que se encuentra de forma natural en algunos cereales, principalmente en el trigo y en sus derivados, como la espelta, el kamut, el centeno, la cebada y la avena. En cada uno de estos cereales la cantidad de esta proteína es diferente, lo que hace que unos se toleren mejor que otros.
Hay personas que no toleran esta proteína en su alimentación, encontrado dos tipos: las personas que tienen intolerancia al gluten y las que tienen alergia. En el caso de las primeras, pueden llegar a tolerar trazas de gluten en algunos alimentos. Pero en el caso de las segundas, desarrollan un tipo de alergia que se llama celiquía o enfermedad celiaca, y puede ser muy molesta y peligrosa para quien la padece. Estas personas no toleran ni pequeñas trazas de gluten en su alimentación.
La Ferederación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) define la enfermedad como: «La Enfermedad Celiaca (EC) es una patología multisistémica con base autoinmune provocada por el gluten y prolaminas relacionadas, en individuos genéticamente susceptibles, y se caracteriza por la presencia de una combinación variable de manifestaciones clínicas dependientes del gluten, anticuerpos específicos de EC, haplotipos HLA DQ2 o DQ8 y enteropatía.»
Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter (irritabilidad, apatía, introversión, tristeza), dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro resistentes a tratamiento.
Seguir una dieta sin gluten puede parecer un poco abrumador al principio, pero hay que tener en cuenta que solo hablamos de una parte de los alimentos que necesitamos, son algunos cereales. Basar tu alimentación en materias primas puede quitar muchos problemas, ya que la mayoría de alimentos no tienen gluten, empezando por las hortalizas, las verduras, las frutas, las legumbres, los frutos secos, las semillas, la carne y el pescado. Y en el caso de los cereales tenemos también muchos sin gluten: el arroz, el maíz, el sarraceno, el mijo, la quinoa, el amaranto, etc. Así que si haces una alimentación basa en comida real y usas tus propias materias primas para elaborar tus recetas no tienes que tener ningún problema.
Pero si ya entramos en los productos que compramos ya elaborados, en los procesados y los ultraprocesados la cosa cambia. Comprar un pan, unas galletas u otro producto puede ser más difícil. En este caso debes siempre guiarte por el sello oficial de productos «sin gluten». Sobre todo si hablamos de una persona celiaca.
Ya sea si tienes una intolerancia o alergia o bien has tomado la decisión, seguir una dieta sin gluten al prinipio puede ser difícil, así que no olvides que aquí estamos los profesionales para asesorarte en lo que necesites. Se puede comer sano y al mismo dar rienda suelta a tus sentidos a través de la comida. Comer sano no es aburrido, y comer sin gluten tampoco lo es.
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